Ya que tengo la oportunidad, me gustaría también hablar un poco sobre la importancia que tiene el quererse y valorarse a sí mismo. Actualmente, uno de los problemas de la juventud sobre todo en chicas es la baja autoestima.

 Frases que parecieran carecer de importancia como: “¡que tonta soy!”, “¡que mal me veo!”, “¡que fea estoy!” y tantas mas que hacen parte del discurso diario, lesionan poco a poco nuestra autoestima.

Tuve una etapa de mi vida con una autoestima muy baja, no me quería ni tampoco me valoraba. No era capaz de mirarme al espejo porque mi cuerpo no me gustaba. Mi trabajo me obligaba a estar casi anoréxica y eso a mi no me gustaba, estaba obsesionada con engordar, pero mi metabolismo, constitución y mi genética en ese momento tampoco me lo permitían. Aparte, recibía constantemente comentarios como “estas anoréxica”, “te hace falta un buen bocadillo”, “deberías de engordar” … este tipo de comentarios me afectaban hasta tal punto de entrar en depresión.

En el momento que empecé a aceptarme, quererme y valorarme, así como darme igual lo que la gente pensara de mí, fue cuando mi cuerpo empezó a cambiar. Yo fui la responsable de atraer lo que quería. Hoy en día, tengo un cuerpo sano, que no me permite trabajar como modelo, pero si sentirme a gusto conmigo misma y eso es lo más importante.

Equivocadamente nos enseñaron que es de vanidosos y egocéntricos quererse a si mismo, asumimos esa vieja creencia. Pero aun estas a tiempo para empezar a amarte porque ¿si no te quieres tú, quien te va a querer?

Empieza por aceptarte como eres, con tus complejos, respétate, mímate, grita sin temor lo mucho que vales y lo guapa que eres. Ponte delante de un espejo y créetelo, quiérete, valórate porque se lo mucho que vales y date el capricho de conocerte para así poder mejorar esas pequeñas cosas que te gustaría cambiar. Todo tiene una solución y si está en tus manos, estoy segura de que con esfuerzo podrás conseguirlo, de manera contraria tendrás que aprender a aceptarte tal y como eres.

Es muy importante amarse a sí mismo porque cuanto más sanos emocionalmente estamos, mejor está nuestro entorno.